tu pisada ni me nombra

tu pisada ni me nombra;
es verdad que no me incumbe
como cambio de luz, como caída de lluvia;
tú te cimbraste yo me esfumé
me hice derrame por lo poros del suelo
y luego crecí y tú te pasmaste, te endeudaste
por la fuerza, por la sordera, por el ruido


Acerca de TheSolipsta

El hombre solitario como la campanada de la una
Esta entrada fue publicada en The Solipsta. Guarda el enlace permanente.

Deja un comentario